Colectivo subterráneo
- Inicios y fundación
- Miembros
- Primeros pasos
- Exposiciones
- El estudio de Concepción Arenal
- La última exposición
- El final
- Galería de imágenes
Inicios y fundación
Fue a principios de la década de los 90 cuando decidí ir a una academia a perfeccionar mi técnica de dibujo clásico, acudí a la academia estudio 3 de Conchita Trigo que estaba ubicada en el zaragozano barrio de la Bozada.
En esa academia nos juntamos tres jóvenes que pronto dejamos de hacer caso a la profesora y empezamos a hacer lo que más nos gustaba, pintar con total libertad y con pretensiones de provocar al público.
Conchita Trigo nos dio mucha libertad, nos dejaba usar el estudio fuera de horas de academia para hacer nuestras locuras, recuerdo una vez que pinté un jarrón con florecitas y luego lo rajé de arriba abajo, lo hice para provocar a las mujeres que acudían a la academia.
Miembros
Alfredo Losada, de los tres era el único que no era un currante de barrio y que estaba en la escuela de artes, posiblemente por esa presión académica era capaz de plasmar sobre un lienzo personajes divertidísimos haciendo una crítica social.
Julio Sari, trabajaba de pintor de brocha gorda pero en sus lienzos trazaba finas pinceladas que retrataban personajes sacados de películas de terror de serie B. En lo que más destacaba era en sus personajes que reflejaban acontecimientos de su propia vida. También realizaba esculturas terroríficas en terracota que se vendían en una tienda de comics de Zaragoza.
Yo, estaba cansado de pintar paisajes y bodegones y quería hacer algo más agresivo, tanto Alfredo como Julio fueron una buena influencia para mí. Aunque a diferencia de ellos seguí por el camino de la abstracción.
Los tres éramos diferentes pero coincidíamos en muchas cosas, las ganas de provocar, la música, las cervezas, las papas bravas y el tabaco.
Primeros pasos
Fui el primero en conocer el mundo de las exposiciones y pensé que deberíamos formar un colectivo. El nombre no se como surgió y nada tenía que ver con el movimiento "Underground" pero sí que reflejaba muy bien nuestra forma de ser.
Queríamos mostrar nuestras obras y fuimos a la Plaza Santa Cruz, montábamos nuestros caballetes con nuestros horribles cuadros, vendíamos camisetas diseñadas por nosotros y los artistas habituales venían a darnos consejos de una manera un tanto patriarcal, pero nuestra habitual resaca de domingo nos impedía hacerles mucho caso. Pasaba por la plaza la gente que salía de misa y nos encantaban sus comentarios despectivos. Alfredo tenía un cuadro de un cura que siempre causaba "admiración" entre las beatas.
Una vez nos apuntamos a un concurso al aire libre en Jaca, salimos en autobús con nuestros bártulos junto con los habituales de la plaza Santa Cruz. De repente apareció Mariano Viejo,enseguida reconocimos que era un auténtico bohemio y trabamos amistad con él. También subió al autobús Héctor López que por aquel entonces era crítico del Heraldo de Aragón.
Llegamos a Jaca y lo primero que hicimos es ir a un bar a beber y divertirnos, cuando nos dimos cuenta que el tiempo se nos echaba encima empezamos a pintar nuestros cuadros. Nuestros cuadros no tenían nada que ver con lo habitual en un concurso de esas características, así que mientras el jurado deliberaba nos fuimos a un bar a continuar con nuestra particular juerga. Al volver al colegio que organizaba el concurso algunas personas nos felicitaron y nos dieron palmadas en la espalda, más tarde descubrimos que el crítico de arte había elogiado nuestra obra y aunque no ganamos fue una grata experiencia.
Exposiciones
En el año 1993 conseguimos que el mítico Bar Bonanza y el restaurante El Rincón de Aragón nos dejaran colgar nuestros cuadros, fue una exposición doble que hicimos coincidir en las fechas, queríamos que todo el mundo que se movía por ambientes de pintores nos conociese. Conseguimos salir en prensa y nos creamos cierta fama en el mundillo. Empezamos a conocer a críticos de arte y a otros artistas. Cuando salíamos de marcha por la zona del Rollo vacilábamos diciendo que éramos artistas famosos, éramos tan estúpidos como jóvenes. En 1997 hicimos nuestra última exposición que más abajo relato.
El estudio de Concepción Arenal
Queríamos un piso donde pintar y tener nuestros cuadros, Julio y yo ganábamos pasta con nuestros curros y Alfredo no podía costearse el piso, así que pasó del tema aunque no de nosotros.
Era un piso muy viejo y apenas habitable, pagábamos poco y estaba cerca de la zona de los bares que nos gustaban. Era perfecto y nos repartimos las habitaciones.
Los primeros meses no dimos de alta la luz, era verano y con velas podíamos pintar por las noches. El cuarto de baño daba un poco de miedo y rara vez se limpió. La decoración eran nuestros cuadros y las esculturas de Julio Sari. Conseguimos un cubo de basura de la calle al que le pintamos "colectivo subterráneo" así pasó a ser nuestra mascota. También había cucarachas que le daban su toque subterráneo. Debajo teníamos el pub Stone que estaba mal insonorizado y nos ambientaba con su música Heavy.
Una de nuestras actividades favoritas era la "cena del pollo", pasábamos a un "pollo al ast" que había cerca, encargábamos la cena de pollo con mucho ajo y esperábamos en la ventana a que viniese el repartidor, el timbre no funcionaba, cenábamos con velas y los amigos usando las espátulas de pintar para cortar la carne y comíamos con las manos.
La última exposición
En el año 1997 conseguimos que la Asociación de Artistas Plásticos Goya Aragón nos dejase exponer en la sala que tenían, fue una exposición fuera de lo habitual y la titulamos "Tugsteno" era un homenaje a las bombillas. Fue la crítico de arte Desirée Orús la que se dio cuenta que escribimos mal el título.
Iluminamos la sala con bombillas de colores y tapamos la entrada a la sala con bolsas de basura, los cuadros estaban colgados y enmarcados con telas negras, creamos un espacio central oscuro con tres esculturas de escayola iluminadas con bombillas de colores.
En la parte más oscura de la sala pusimos unos colchones en el suelo para que la gente se tropezase y crear sensaciones en el espectador. Javi Estella, el realizador de cine, nos dejó un proyector para poner imágenes en el techo y por supuesto nuestro cubo de basura en un pedestal.
Editamos un díptico con fotos nuestras de juerga, en el díptico se podían leer a modo de recortes de prensa noticias inventadas donde se hablaba del colectivo subterráneo y hacíamos crítica social así como un guiño al conductor de la línea 40 de autobuses que una vez no nos dejó subir con nuestros lienzos.
Tuvimos bastante repercusión en los medios locales y el popular periodista Joaquín Carbonell nos hizo una entrevista muy divertida.
El final
Poco a poco nos fuimos distanciando, hace tiempo que no tengo contacto con Julio o Alfredo, Julio actualmente sigue dibujando y publicando en el fanzine Monster World. Alfredo creo que continua como diseñador gráfico en Zaragoza. El colectivo no fracasó porque nuestro objetivo era divertirnos y lo conseguimos. Ahora del colectivo solo queda una pequeña reseña en la Enciclopedia Aragonesa.
Galería de imágenes
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